Polaris Slingshot SLR «R3y Escorpión»

¿Es un coche o una moto? Se debe contestar con seguridad: Una moto. El Slingshot es un vehículo homologado como motocicleta y que, a pesar de ir posado en un asiento de auto con cinturón de seguridad, ante un volante, tres pedales y una palanca de cambios -estos tres últimos de la marca Sparco-, se debe utilizar casco para andar en él. Pero no es simplemente por el hecho de que así lo marque la ley, sino porque el peligro de recibir un fuerte impacto desde el exterior es muy probable. De hecho la deflexión del aire está muy bien lograda, ya que en ningún momento percibimos ese “choque” con el viento mas que con la cabeza y por eso hay que mantenerla siempre protegida.

Por aquí y por allá

Los primeros kilómetros de esta prueba fueron en ciudad, en un día caótico atorado en el tráfico. Sí, lo sabemos, no podemos gozar de los mismos beneficios que tienen las dos ruedas, pero si nos ponemos estrictos, el reglamento siempre exige ir dentro del carril, pero mejor no nos metamos en camisa de once varas. De cualquier forma, el camino se hace más amable si vas escuchando música con el equipo de audio Rockford Fosgate. Desde la pantalla central de LCD de 4.3 pulgadas puedes seleccionar si quieres escuchar la radio o la música de tu smartphone ya sea desde la entrada USB que se encuentra dentro de la guantera o por Bluetooth. Si de por sí ya vas llamando la atención, cuando les subes el volumen te vuelves un completo imán de miradas.

Le dedicamos parte del tiempo al Slingshot SLR fuera de la ciudad, donde debe pertenecer; en las carreteras y de todo tipo, desde autopistas amplias y “aburridas” hasta las federales repletas de curvas que ni sus hermosos paisajes te pueden quitar la concentración y emoción del manejo que experimentas arriba de esta “bestia”. En la autopista pude experimentar la velocidad constante de su motor de 2.4 litros que provee 173 HP y su aplomo ante las rectas, que parecen interminables. Es ahí donde constatas que su mica deflectora de viento con acabado polarizado en esta versión y su diseño aerodinámico te hacen sentir seguro dentro del habitáculo. Pero este Slingshot está hecho para más, así que en carretera federal, para ser más específicos, la que va de Tres Marías a las Lagunas de Zempoala. Este camino está lleno de curvas incesantes, donde indudablemente puse a prueba el control de estabilidad y tracción que equipa de serie así como los frenos ABS.

No importa que tanto le exijas al Slingshot, siempre te mantendrá dentro del camino. En el momento en que las llantas delanteras comienzan a perder adherencia y la moto empieza a subvirar, la electrónica hace lo suyo y te mete en la trazada. Lo mismo con la llanta trasera, que cabe mencionar en esta versión equipa una más ancha, cuando pierde tracción corrige inmediatamente, de una forma ligeramente brusca pero necesaria.

No te escapas

Y no todo es fuera de la moto, dentro de ella vas bien sujeto para que no pierdas control de la misma. Los asientos que equipa el SLR tienen mejor sujeción gracias a sus laterales más anchos. Cuentan con ajuste de profundidad e inclinación de respaldo, y además el volante tiene ajuste de altura, así que no hay pretexto para no ir bien cómodo y seguro. De hecho en este apartado es en el que el pasajero resulta más privilegiado que en cualquier otra motocicleta ya que goza de la misma experiencia visual que el conductor ya que va a su lado compartiendo las cualidades del Slingshot SLR.

Ya que hablamos de carreteras y viajes, en Polaris son unos expertos para ello y por eso piensan en todo y disponen de un par de espacios para guardar cascos, guantes o maletas para los días de aventura. Estos se encuentran detrás de los asientos y se pueden cerrar con la misma llave de ignición igual que con la guantera. Ahí podrás mantenerlos alejados de la intemperie y de que corran riesgos de mojarse, lo contrario al conductor y pasajero, que tendrán que disfrutar de la lluvia como cuando se va arriba de una motocicleta.

El precio para gozar de esta aventura me parece bastante considerable si partimos de las cualidades eclécticas de una motocicleta, un auto y un roadster. Los 579,900 pesos que se deben desembolsar les aseguro valdrán cada centavo.

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