Triumph Street Triple RS «Born to be wild»

Han pasado 10 años desde la aparición de la primera Street Triple, la versión 2017 del nuevo tricilíndrico 765 cc y una parte ciclo desarrollada acorde con él renacen, consiguiendo la máxima expresión de un concepto básico en sus inicios, pero que ha demostrado llegar muy lejos con el paso del tiempo; así lo corroboran las 50,000 unidades vendidas desde su aparición.

Está claro, el número tres es mágico para la firma británica. Cuando nadie apostaba por una Supersport con menos de cuatro cilindros, llegó Triumph y marcó una vía alternativa que alcanzó a una buena parte de clientes. Después, la moda de las naked invitó a desmontar el carenado y ofrecer toda la efectividad de la deportiva de la marca, pero sin plásticos. De la aceptación ya hemos hablado, ¡bestial!, pero del desdoblamiento de su personalidad no, y creo que gran parte de su marcado carácter se debe a la aparición de las versiones estándar y R en años precedentes. Aunque los mandos no son iguales, el botón de arranque sigue ofreciendo una demora entre su pulsación y el primer giro del motor. Antes, el nuevo cuadro TFT de cinco pulgadas habrá realizado el chequeo correspondiente. Es, sin duda, una de las piezas más espectaculares que definen a la nueva Street Triple.

Con el motor en marcha, si te cerraran los ojos no sabrías si estás sentado en la anterior 675 o la nueva 765 porque suenan casi igual. Sin embargo, se ha trabajado para darle todavía más “cuerpo” al típico sonido de admisión de este propulsor, obteniendo auténtica música mientras exprimes cada marcha. Aquí la aportación del shifter es definitiva, lo que unido a un cambio más cerrado en las dos primeras marchas, (¡por fin!) consigues una aceleración para la que tendrás que agarrarte bien. Si bien la primera sigue siendo un poco larga, pero en cierto modo es parte de la marcada personalidad de un motor con esencia de la casa.

Carretera y Circuito

Si tuviéramos que establecer la principal ventaja al elegir la RS respecto a las otras Street disponibles, tendríamos que poner por delante su extraordinaria versatilidad cumpliendo tanto circulando en carretera como en circuito. La Street Triple es realmente ágil en tramos de montaña, y sólo un asfalto empapado o con continuos parches entre curvas ciegas nos obligaron a cortar gas y ser prudentes… Las cualidades de moto “amigable” quedaron patentes en el tramo de carretera abierta. Las suspensiones, que se hacen valer de un amortiguador Ohlins STX40 y la última versión de la horquilla Showa BPF, ofrecen un tacto exquisito con los ajustes de serie.

«Todo lo agresiva que puede ser la rs en circuito, se torna en facilidad y dulce rodar en carretera»

En cuanto a la frenada, los modos de motor y control de tracción «se ven» entre sí, aportando diferentes mapas de conducción (Rain, Road, Sport, Track y Rider, abierto a tus ajustes) en base a la combinación de todos los factores. Será distinto en función del tipo de pilotaje y de la frenada que vayas a realizar. Específicamente, en carretera, el modo Sport permite ofrecer un tacto progresivo, pero muy directo, con parte de la “culpa” atribuible a la bomba Brembo y sus pizas M50.

Pero donde en realidad probarás tanto el ABS de pista como la potencia de frenado, será en circuito. La agilidad de la Street puede con todo; La anchura del manillar, la presión sobre los estribos y un ligero desplazamiento del cuerpo de lado a lado tendrá como resultado un giro inmediato. Mientras tanto, el motor empuja como un demonio hasta poco antes del corte. El ABS puede llegar a prolongar un poco la frenada, pero lo hará con la seguridad suficiente.

Después de diez años y cuatro versiones, la Street Triple vuelve por sus fueros con nada menos que tres nuevas visiones basadas en un único concepto: conseguir la moto deportiva naked ideal. Y si para ello se necesitan opciones diferentes, aquí las tienes. La que ves en las fotos es la versión RS, con suspensiones y frenos de primer nivel, así como un motor de 123 HP declarados, diez más que la versión S, sin duda la más asequible en todos los aspectos. Ahora, con más capacidad interna y un diseño todavía más afilado; la RS se encuentra dispuesta a plantar cara a más de una deportiva. Sus principales armas provienen de un motor muy utilizable desde abajo, así como una parte ciclo con la que «bailar» es tan fácil como respirar.

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