Triumph por el récord

En esta ocasión, la «Castrol Triumph Rocket», construida en colaboración con «Conspiracy Hot Rod» de Matt Markstaller, y del personal del piloto estadounidense Jason DiSalvo.

Es evidente, en este tipo de proyectos que la definición «moto» es un poco subjetiva y mas bien debería denominarse misil o torpedo de dos ruedas. En esencia la premisa es producir la máquina más rápida.

A primera vista el Triumph Castrol Rocket lo deja claro. Su naturaleza racing es inequívoca y elegante. Diseñado por el ingeniero Matt Markstaller se basa en un monocasco de carbono y kevlar de 7.77 metros de largo y 61 cm de ancho con 91 cm de altura. Está propulsado por dos motores Triumph Rocket III Turbo de 1485cc alimentados por ethanol. Una suma combinada de 2,970cc y, de acuerdo a las cifras declaradas produce unos 1,000 HP a 9,000 rpm con 678 Nm de par motor.

La suspensión está compuesta de dos horquillas de aluminio especialmente fabricadas por Conspiracy Hot Rod y amortiguadores TTX36 los especialistas suecos de Ohlins. La frenada está a cargo de discos de carbono en ambos trenes y un par de paracaídas con las banderas de Estados Unidos y de la British Union Jack.

El objetivo es conseguir el récord para la casa británica, donde tuvo hegemonía entre los años 1955 y 1970. El lugar elegido es, por supuesto, la sede tradicional para imponer récords de velocidad, las salinas de Bonneville en Utah, Estados Unidos. Por ello esta marca siempre ha mantenido un modelo conmemorativo de estos triunfos.

El record actual es de 376,363 mph (605.697 km/h), establecida en 2010 por Rocky «Rocket» Robinson con el Ack Attack Streamliner, pero el equipo de Triumph está confiado en superar la barrera de las 400 mph (643.74 km/h).

En días próximos serán las pruebas y, entre los rivales a vencer aparece el piloto James Toseland quien llega con buenos registros en su Streamliner propulsada por Rolls-Royce realizadas por la Univerdidad de Derby, aunque ello será en 2014.