Tres Honda RC30 nuevas ¡A la venta!

Pocas motos habrá en la historia que levanten tanta atención entre la afición como la Honda RC30. Su doble faro delantero, el basculande monobrazo, sus peculiares rines, la decoración de tres colores de HRC… Pero no todo era estética en la superbike por excelencia de Honda, si hay algo que ayudó a forjar esta leyenda fue su rendimiento en el campeonato del mundo de Superbike.

De hecho, fue la primera ganadora de la historia de SBK; Fred Merkel firmó el título en 1988 y Roger Burnett se llevó la primera pole position del campeonato en Donington Park. Aquel campeonato tenía el objetivo de mostrar al mundo las cualidades de las motos de serie y Honda puso sobre la parrilla, y los concesionarios de medio mundo, una moto que no tenía más objetivo que la competición, con o sin placa por medio.

Dicho esto, no es de extrañar que cualquier noticia que hable sobre el desarrollo de un V4 para SBK haga soñar a los amantes del motor. Después de haber vivido el resurgir de la Africa Twin, éste sea quizá uno de los sueños de los amantes de las motos old school. Pues bien, aunque los rumores sobre ese V4 no han pararon, de momento te podrías hacer con una Honda RC30 totalmente nueva, tal y como la pusieron en los concesionarios en 1990.

Los responsables de esta increíble oportunidad son Craigs Honda, un concesionario Honda con algunas participaciones en el Tourist Trophy. Los de Bradford son especialistas en objetos de colección, en conseguir las motos más exóticas y hasta tienen un apartado especial dentro de su colección, una sección de motos clásicas. Hace poco llegaron a sus instalaciones una tercia muy especial: tres RC30 cero kilómetros, esperando para ser estrenadas.

Al tratarse de vehículos de colección, el concesionario ha declarado que el  precio de cada una de ellas se trataría de forma independiente y privada con el posible futuro dueño, pero si te interesa, el precio podría rondar sin ningún problema los 70,000 euros (un precio cercano al millón y medio de pesos). No hace falta decir que perderá buena parte de ese valor en el mismo momento que empiece a rodar. Y ese es será el dilema infinito, qué es mejor hacer con ella ¿Mantenerla en un museo o hacerla rodar por carreteras y circuitos para lo que fue diseñada?

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