Séptimo Aniversario H-D Península

Harley-Davidson roba corazones a lo largo de todo el mundo, sus motocicletas cautivan a chicos y grandes. En este caso el anfitrión fue Harley Península, distribuidor que estuvo de fiesta, en su séptimo aniversario, motivo perfecto para sumar kilómetros en motocicleta.

Mayan Road

Así fue como se denominó el evento que reunió a cientos de harleros, que desde el día jueves comenzaban a llegar a la agencia con la intención de terminar su registro, el segundo día la entrega de kits acaparó desde las primeras horas del día y ya al atardecer, alrededor de las 18 horas los motores comenzaron a rugir, los V-Twin comenzaron a hacer ruido y las calles de Mérida “sufrieron” un poco con una sencilla rodada en dirección a Casa Nohoch donde una noche al ritmo de Blues ya esperaba a los motociclistas. 

A la mañana siguiente el Mayan Road se disponía a cubrir poco mas de 290 kilómetros por caminos del estado, en nuestro caso particular lo hicimos junto a una Street 750. Desde temprana hora las afueras del distribuidor anfitrión, los parleros comenzaban a hacer filas y alistar el equipo necesario para rodar, recuerda que la seguridad tanto del piloto como del pasajero son primordiales, no es sólo lucir bien es viajar seguro. Una vez que se recibieron las indicaciones, las Harley una vez más se pusieron en marcha para dar paso a la ruta, misma que como primer punto se encargaría de visitar Izamal, Pueblo Mágico que tiene como peculiaridad una cosa que comparte todo el pueblo, todas las fachadas, sin importar que sean un negocio o un hogar deben estar pintadas de amarillo.

Uno de los atractivos marcados en la lista de actividades fue la visita al Convento de San Antonio de Padua, fundado en 1549 y que presume tener el segundo atrio más grande del mundo. La ruta señalaba el norte como el camino obligado, dejando atrás el “camino amarillo” que Izamal representa, el destino era la playa y vaya que se disfruto el trayecto pues por momentos se conducía muy cerca de la playa.

Primer rodeo biker

Ya en Progreso un par de foodtrucks alimentaron a los motociclistas, mientras que las bebidas frías se consumían al por mayor, había que mitigar el calor y el leve cansancio de los primeros kilómetros del recorrido.

A un costado de la playa, se tenían programadas cuatro actividades “Slow Race”, “Weenie Bite”, “Papas and mamas” y varias rondas de “Drag Race”, convirtiendo a los ganadores en acreedores de un kit con productos oficiales. Cabe recalcar que las cuatro actividades son una implementación que en los Estados Unidos se ven con frecuencia pero en este caso, Harley Península toma la batuta con este evento.

Música y convivencia

El tercer día se extendió algunas horas más al termino de la rodada, a las afueras del distribuidor música en vivo, con géneros que pasaron por el Rock, una vez más el Blues y para terminar la noche una orquesta al ritmo de Salsa, mientras muchos de los participantes del recorrido convivían en un ambiente muy agradable. Ahí mismo se disputó el concurso de la moto más ruidosa, momento preciso para hacer rugir a una cuantas Harley.

Eventos como estos nos dejan un buen sabor de boca, pudimos devorar kilómetros, disfrutar de una buena charla, compartir experiencias tanto arriba como abajo de la moto y sobre todo demorar algunos kilómetros pro territorios de nuestro país. Feliz séptimo aniversario Harley Península, esperamos más festejos y muchos más kilómetros.

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