Kawasaki Z900 «Emociones al Desnudo»

Sabíamos que esta Kawasaki nos iba a gustar, pero realmente nos sorprendió… Cuando apareció en los salones nos recordaba más a una versión descafeinada de la 1000 o tal vez era una Z800 “inflada” hasta más allá de los 900 cc. Una cosa sí fue segura, causó impacto. Si bien no llega a ser tan radical como la Z1000, pero sigue la tendencia de las nuevas Z y Ninja 650 con líneas agresivas pero con ciertas concesiones a esas curvas que convierten la posición de conducción en un punto más a favor para pensar en ellas.

¡En Acción!

Al instalarse en la Z900 descubres que la altura del asiento es mínima. Los pies llegan perfectamente al suelo y la estrechez del conjunto asiento-depósito es la suficiente como para no arquear demasiado las piernas; o dicho con otras palabras, se trata de una moto perfecta, ya de entrada, para los pilotos más cortos de talla. Esta Kawasaki pretende obtener gran parte de su público entre los pilotos con una mínima experiencia desenvolviéndose en motos de cilindrada alta, además de rescatar a los expertos que buscan en ella una herramienta útil no solo para moverse a diario, sino también para divertirse “a pleno pulmón”.

Al primer toque de botón el tetracilíndrico comienza a ronronear moviendo con algo de pereza el motor de arranque, la Z900 presume 125 HP @ 9,500 rpm. Sin embargo, algo llama la atención, y es precisamente su sonido, apagado en cierto modo, pero ronco de admisión. En Kawasaki han trabajado para dotar a esta moto de un sonido muy particular, modificando los conductos de la caja del filtro para dotar de personalidad propia. El nuevo embrague antirrebote ofrece un tacto muy suave. Apenas necesitas aplicar fuerza sobre la palanca izquierda para accionarlo.

Al engranar primera notas que la caja es mucho mas sigilosa, mientras que todo fluye con más suavidad de la que esperaba intentando recordar mis experiencias a los mandos de la Z1000. No es ni la supernaked de litro ni mucho menos la anterior Z800 a la que supera con creces en todo, sino que se sitúa en una especie de término medio donde, para ser sinceros, se “acerca” más a la mil que a la ya extinta 800. Ya en marcha y después de comprobar los enormes bajos de este motor, asistido por una relación de cambio muy cerrada entre primera y quinta, poco a poco te sientes atrapado por su sonido y buen hacer general. El tacto de los frenos (Disco doble adelante de 300 mm y pinza de 4 pistones, 250 mm atrás y pinta de un pistón) es extraordinario a baja velocidad, que se agradece en conducción urbana. Las suspensiones, horquilla delantera de 41 mm y el monoshock trasero, filtran de forma correcta lo que pasa por encima de sus nuevos rines de brazos desdoblados.

«Las Z de ayer eran rudas y agresivas sin concesiones, pero las de hoy, como la nueva
Z900, aporta además de un férreo carácter, una aprovechable dosis de «asistencia» al pilotaje»

El ajuste de serie es, una vez más, la mejor opción para unos y otros, ya ruedes tranquilo o apretando el ritmo entre curvas. Llegado este momento, tal vez el corto desarrollo y las ganas de acelerar de esta Z900 te mueva a endurecer un tanto el amortiguador, ahora dispuesto en posición horizontal al estilo de la 650. La verdad es que con lo resbaladizo del asfalto que hemos pisado y la temperatura más bien baja, el agarre no ha sido precisamente el mejor aliado de esta nueva Kawasaki pero sin lugar a dudas promete lo mejor en condiciones más favorables.

Ejemplo de perseverancia

Queda claro que sus genes mandan. Nos invitan a salir a rodar con ella para disfrutar de su par motor, sus ganas de acelerar o la facilidad con la que cambia de dirección aplicándote sobre el manillar o, simplemente, dejando resbalar el trasero de un lado a otro del asiento. Es tan compacto que a poco que te muevas sobre él ya estarás tirando de la moto hacia dentro. Una vez más, y esto sí que recuerda a la Z1000, el tacto de gas resulta muy directo en el proceso de apertura, especialmente en marchas cortas; no llega a ser tosco, pero es sin duda parte del ADN de la familia a la que pertenece. En México podemos disfrutar de este ejemplar con un coste de 194,641 pesos y si deseas añadir ABS 208,768, cifras que pueden provocar dudas pero que también podrán generar fuertes emociones.

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