Ariel Ace, exclusiva y a medida

En 1999, una compañía recuperó el antiguo nombre de Ariel, una marca de que nació a principios del siglo XX en Birgmingham, que tuvo división de coches y de motos, y que logró tener un peso considerable en el viejo continente, sobre todo tras ser adquirida por el BSA Group. Sin embargo, y como fue el caso de muchas otras marcas europeas, la irrupción de los japoneses acabó con ella. Pero como decimos, y si eres amante de los autos seguro que lo sabrás, con el cambio de siglo, Ariel fue revitalizada de nuevo, esta vez con la intención de centrarse en la fabricación de minimalistas y exclusivos automóviles biplaza de altas prestaciones como el Atom. De éste se han sucedido varias versiones, siempre recurriendo a suministradores de motores ajenos a la propia Ariel; en los últimos años, básicamente Honda. Y aquí comienza la historia que nos ocupa.

Motor Honda

Fruto de la relación entre ambas compañías, el director de la nueva Ariel, Simon Saunders y su equipo de ingenieros y diseñadores decidieron diversificar su oferta con una serie de motocicletas muy especiales. Como nexo con su historia, decidieron que la moto con la que debían volver a la carga debía tener algún aspecto común con alguno de sus modelos más emblemáticos, así que su elección fue construir una recreación actual de las Square Four, probablemente las motos más imponentes que fabricó Ariel en su primera etapa. Obviamente, lejos de pedir a Honda que les fabricase un poco eficiente tetracilíndrico en cuadro como el que montaba aquella moto, optaron por tomarse una licencia y conformarse con conservar unicamente el número de cilindros las Square Four. Así, el elegido fue el Honda V4 de 173 HP que emplean la Crosstourer y la VFR1200, tanto en su variante con cambio convencional como en la versión DCT, un sistema de cambio técnicamente distinto al DSG de Volkswagen, pero con un resultado similar: una rapidez engranando marchas pasmosa. 

A medida

Como ocurre con el tipo de cambio, la idea es que el cliente es quien “fabrica” su propia Ariel alrededor de dichos motores y de un chasis de aluminio que es una auténtica virguería. Las formas del bastidor están inspiradas en los propios chasís de su bólido Atom para darle el inconfundible aire de familia Ariel a las Ace, que así se llaman estas nuevas Ariel. El bastidor es sin duda el protagonista en estas exquisitas esculturas rodantes, y en su fabricación se han esmerado en cuidar el más mínimo detalle, empleando un modo de construcción que ningún constructor hoy en día ni siquiera se plantea. Sólo si tu objetivo es llegar a un cliente al que no le importe el precio final de la moto puedes permitírtelo, y Ariel decidió que ese era el camino a seguir. 

Artesanía pura

Para elaborar cada bastidor, los hombres de Ariel parten de seis bloques de aluminio que se mecanizan por separado en tornos de última generación y máxima precisión, para su posterior soldado. Un proceso lento (70 horas de torneado y soldado para cada chasís) y por otro lado carísimo, pero que encaja con la idea de crear motos especiales, exclusivas… y únicas. Sí, porque como te decía antes, a partir del conjunto motor-chasis, el cliente es libre de pedir su Ariel tal y como se le antoje. Modificando las cotas de dirección mediante un mecanismo excéntrico, puedes tener una Ariel cruiser con horquilla muy lanzada y que incluso puede ser de paralelogramos -¡también de aluminio mecanizado!-, una naked con una dirección más neutra y más corta entre ejes, o una ágil deportiva de cerrada dirección. 

Prepara la cartera…

Tú pagas, tú mandas. Y esto mismo vale también para el resto de componentes ornamentales y funcionales. Forma de depósito y carrocería, tipo de asiento, manubrio, manetas y estribos… Todo es configurable a tu gusto. Que quieres frenos Brembo, pues hecho. Que los prefieres Nissin, pues también. Que te gustaría con rines BST de fibra de carbono en lugar de las de aluminio forjado, pues sin problema. Tu cuenta corriente es el único límite que tienes si decides entrar en el fabuloso mundo Ariel. Eso sí, la moto que manejarás orgulloso cuando salgas de sus instalaciones será más esencialmente “tuya” que ninguna de las que hayas tenido hasta la fecha. Ya sabes, consúltalo y si tu contador te lo permite, hasta la primavera de 2015 estás a tiempo de encargar, como si de un traje a medida se tratase y por un precio que parte de las 20,000 libras esterlinas, tu única e inimitable Ariel Ace.

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