Apuntando alto. Indian Scout

El chasís es una estructura triangular que hace que su asiento pueda estar situado bastante bajo, para facilitar su manejo a las personas de menor talla, y al mismo tiempo tanto su longitud total como el lanzamiento de su horquilla son bastante moderados, algo que se nota manejándola. Otros detalles destacables de la Scout y que tienen que ver, como decimos, con la herencia puramente Indian son el tradicional asiento en piel real -asiento para pasajero opcional-  y sus salpicaderas, que emulan a aquella desarrollada en 1920 para fines deportivos y que fuera usada en la década de los 40s.

Como puedes ver, la Indian Scout no es ni por mucho una creación reciente, por el contrario, es una máquina que ejemplifica la evolución moderna, motor refrigerado por líquido y tecnológicamente más avanzado, chasís y basculante de aluminio, por decir algunos puntos.  Para ser una marca de principios del siglo pasado ha sabido modernizarse. 

 

Cómoda y potente 

 Al rodarla se siente un gran rendimiento y suavidad en la entrega de potencia en bajas revoluciones del motor en V, incluso llevándola en la sexta relación. Su capacidad para transmitirte la sensación de ser una moto de peso reducido y su cómoda postura de manejo, el peso de la moto te permite cambiar la inclinación de la Scout con relativa facilidad. Como siempre, en este tipo de motos, los posapiés rasparán pronto; nada de que preocuparse. 

Sin duda nos ha dejado un buen sabor de boca y aunque en sus tierras de origen se comportó a la altura, ya esperamos rodar en nuestras carreteras, en las que podremos corroborar mejor su correcta puesta a punto de la suspensión, así como la respuesta de los 100 HP que es capaz de ofrecer esta Indian.

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